jueves, 24 de abril de 2014

Terror oriental, los fantasmas también usan kimono

Acostumbrados al miedo en su forma tradicional, me refiero a aquellos horrores con sábanas largas y blancas hasta las tímidas apariciones de la romántica Mónica que cada aniversario de su fallecimiento deja la tumba para regodearse con los vivos, creemos saber todo sobre ellos, pero hemos descubierto un nuevo repertorio de espantos en las leyendas urbanas japonesas, de sus peculiares características supimos con la moda del cine de terror oriental. Contémplelos en toda su horrísona dimensión:

Sonrisa De Mujer

Recuerda a la misteriosa chica que deambula por las carreteras a espera de ser recogida para darle fin a su historia en una curva del camino. Los japoneses tienen su propia versión. Una Joven con una mascarilla, nada inusual en estos tiempos de gripes mortales, sube a un taxi y el conductor al revisar el espejo del retrovisor se da cuenta de los hermosos ojos que tiene la pasajera.

-¿Soy hermosa?- Pregunta inesperadamente y él asiente. Algo distrae al taxista y al volver la mirada hacia atrás, ella se ha desprendido la máscara y una sonrisa se abre en su cara, una sonrisa que va de oreja a oreja por los enormes cortes que se observan. La desfigurada repite la misma pregunta: -¿Soy hermosa?- mientras de la oscuridad emerge su mano con dos tijeras. Si la respuesta es afirmativa, Kuchisake Onna que así se llama la dama, te hará los mismos tajos, pero si la respuesta es negativa te asesinará sin pensarlo dos veces. Con ella no hay pierde.

La fuerza o energía que motiva a los fantasmas orientales es la venganza, un rencor que supera a la muerte y se manifiesta contundentemente, casi como un puñete en el estómago y no como un viento frió sobre el brazo. La leyenda sobre la fémina de las tijeras proviene del periodo Heian de la historia japonesa, la concubina de un samurái solía coquetear con otros hombres y un día el esposo, más celoso de lo habitual, desenvaina su espada y de un tajo le desgarra los labios. Viendo a la malherida no le ayuda y sólo se burla: ¿Quién va pensar que eres bella ahora?

Curiosamente los espantos asiáticos son femeninos, ellas llevan kimono blanco abrochado al revés y sobre el rostro un pañuelo del mismo color. No suelen ser anónimos como en occidente porque a la aparición siempre le precede un ruido peculiar y los espíritus dan a conocer el nombre que tuvieron en vida.

¿Quién está en el baño?

En estas latitudes los adolescentes en un acto de temeridad suelen convocar a la letal Verónica pronunciando nueve veces su nombre frente a un espejo; de la misma manera los estudiantes nipones pueden llamar a la vengativa Hanako San. El púber espectro habita en los baños de los institutos, exactamente detrás de la puerta del asiento numero cuatro de los servicios higiénicos, a la espera de una visitante. Allí permanecerá eternamente la pobre Hanako que se habría suicidado después de que el novio terminara con ella. También puede invocársela, llamándola insistentemente para jugar y ella te ofrecerá una casaca roja. Si la aceptas, te bañara en sangre. Mejor dijo: tu propia sangre.
Un cabello largo, negro y sedoso que bien luciría una bella modelo en cualquier comercial de shampoo caracteriza a las protagonistas de los filmes de terror. Cabellos mojados que ocultan la mirada turbulenta de Sadako (Ringu-El Aro) o hebras flotantes que se mueven malignamente y sirven a Kayako como instrumento para matar (Ju-On-La Maldición). La ancestral cultura guarda algunas creencias sobre el cabello como que tiene alma propia, por eso tendría movimientos independientes, además que se alimenta de los recuerdos y por ello continua creciendo después de la muerte.

Ouija Nipona

Alguna vez se hizo popular la práctica de la Ouija, incluso se vendían tableros como nintendos. En el territorio del sol naciente también existe un juego parecido por no decir igual a la Ouija. El Kokkuri San que requiere de una tabla o un papel donde se graban o escriben los números de 0 a 9 de forma vertical, el alfabeto Hiragana, Hai (Si) y Iie (No) y el símbolo de los templos sintoístas (Torii). Los participantes deben poner sus dedos sobre una moneda de diez yenes y hacer la pregunta que deseen. Para que el espíritu no quede atrapado en las objetos que se utilizaron debe quemarse el papel o el tablero y gastarse los diez yenes.

Descarado

Los arequipeños caminamos con cierto temor por la Plaza de Armas, cuando la noche y el frío han despoblado las calles y puede ser que tropecemos con el franciscano sin cabeza que deambula por los alrededores de la Catedral. Mientras en el otro extremo del océano Pacifico vaga el Nopperabo, una persona que viste ropas sencillas y camina agazapado. Si alguien pasa a su lado y le saluda, el Nopperabo levanta la cabeza y te muestra una cara sin ojos, nariz, ni boca. Recibes el susto de tu vida.

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Ahora usted conoce a los espantos más populares que habitan en las tierras de las geishas, el sushi y el anime. El miedo no tiene fronteras, por el contrario se adapta a los colores y formas de cada cultura para reinventarse y escurrirse con facilidad por la medula de la gente, de esta manera, se convierte sobre la piel en maravilloso escalofrío.

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