Acostumbrados
al miedo en su forma tradicional, me refiero a aquellos horrores con sábanas
largas y blancas hasta las tímidas apariciones de la romántica Mónica que cada
aniversario de su fallecimiento deja la tumba para regodearse con los vivos,
creemos saber todo sobre ellos, pero hemos descubierto un nuevo repertorio de
espantos en las leyendas urbanas japonesas, de sus peculiares características
supimos con la moda del cine de terror oriental. Contémplelos en toda su
horrísona dimensión:
Sonrisa De Mujer
Recuerda
a la misteriosa chica que deambula por las carreteras a espera de ser recogida
para darle fin a su historia en una curva del camino. Los japoneses tienen su
propia versión. Una Joven con una mascarilla, nada inusual en estos tiempos de
gripes mortales, sube a un taxi y el conductor al revisar el espejo del
retrovisor se da cuenta de los hermosos ojos que tiene la pasajera.
-¿Soy
hermosa?- Pregunta inesperadamente y él asiente. Algo distrae al taxista y al
volver la mirada hacia atrás, ella se ha desprendido la máscara y una sonrisa
se abre en su cara, una sonrisa que va de oreja a oreja por los enormes cortes
que se observan. La desfigurada repite la misma pregunta: -¿Soy hermosa?-
mientras de la oscuridad emerge su mano con dos tijeras. Si la respuesta es
afirmativa, Kuchisake Onna que así se llama la dama, te hará los mismos tajos,
pero si la respuesta es negativa te asesinará sin pensarlo dos veces. Con ella
no hay pierde.
La
fuerza o energía que motiva a los fantasmas orientales es la venganza, un
rencor que supera a la muerte y se manifiesta contundentemente, casi como un
puñete en el estómago y no como un viento frió sobre el brazo. La leyenda sobre
la fémina de las tijeras proviene del periodo Heian de la historia japonesa, la
concubina de un samurái solía coquetear con otros hombres y un día el esposo,
más celoso de lo habitual, desenvaina su espada y de un tajo le desgarra los
labios. Viendo a la malherida no le ayuda y sólo se burla: ¿Quién va pensar que
eres bella ahora?
Curiosamente
los espantos asiáticos son femeninos, ellas llevan kimono blanco abrochado al
revés y sobre el rostro un pañuelo del mismo color. No suelen ser anónimos como
en occidente porque a la aparición siempre le precede un ruido peculiar y los
espíritus dan a conocer el nombre que tuvieron en vida.
¿Quién está en el baño?
En
estas latitudes los adolescentes en un acto de temeridad suelen convocar a la
letal Verónica pronunciando nueve veces su nombre frente a un espejo; de la
misma manera los estudiantes nipones pueden llamar a la vengativa Hanako San.
El púber espectro habita en los baños de los institutos, exactamente detrás de
la puerta del asiento numero cuatro de los servicios higiénicos, a la espera de
una visitante. Allí permanecerá eternamente la pobre Hanako que se habría
suicidado después de que el novio terminara con ella. También puede invocársela,
llamándola insistentemente para jugar y ella te ofrecerá una casaca roja. Si la
aceptas, te bañara en sangre. Mejor dijo: tu propia sangre.
Un
cabello largo, negro y sedoso que bien luciría una bella modelo en cualquier
comercial de shampoo caracteriza a las protagonistas de los filmes de terror.
Cabellos mojados que ocultan la mirada turbulenta de Sadako (Ringu-El Aro) o
hebras flotantes que se mueven malignamente y sirven a Kayako como instrumento
para matar (Ju-On-La Maldición). La ancestral cultura guarda algunas creencias
sobre el cabello como que tiene alma propia, por eso tendría movimientos
independientes, además que se alimenta de los recuerdos y por ello continua
creciendo después de la muerte.
Ouija Nipona
Alguna
vez se hizo popular la práctica de la Ouija, incluso se vendían tableros como nintendos.
En el territorio del sol naciente también existe un juego parecido por no decir
igual a la Ouija. El Kokkuri San que requiere de una tabla o un papel donde se
graban o escriben los números de 0 a 9 de forma vertical, el alfabeto Hiragana,
Hai (Si) y Iie (No) y el símbolo de los templos sintoístas (Torii). Los
participantes deben poner sus dedos sobre una moneda de diez yenes y hacer la
pregunta que deseen. Para que el espíritu no quede atrapado en las objetos que
se utilizaron debe quemarse el papel o el tablero y gastarse los diez yenes.
Descarado
Los
arequipeños caminamos con cierto temor por la Plaza de Armas, cuando la noche y
el frío han despoblado las calles y puede ser que tropecemos con el franciscano
sin cabeza que deambula por los alrededores de la Catedral. Mientras en el otro
extremo del océano Pacifico vaga el Nopperabo, una persona que viste ropas
sencillas y camina agazapado. Si alguien pasa a su lado y le saluda, el
Nopperabo levanta la cabeza y te muestra una cara sin ojos, nariz, ni boca.
Recibes el susto de tu vida.
-°-
Ahora
usted conoce a los espantos más populares que habitan en las tierras de las
geishas, el sushi y el anime. El miedo no tiene fronteras, por el contrario se
adapta a los colores y formas de cada cultura para reinventarse y escurrirse
con facilidad por la medula de la gente, de esta manera, se convierte sobre la
piel en maravilloso escalofrío.
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