Cerraste tus ojos, te
quemo un beso
era mio y tuyo, como
una moneda
con su envés, revés,
brillante y nueva
y una sonrisa de
entresueño, luego
me acusaras con Dios entre
tus rezos
diras: lo olvide; pero…
que dulce besa
y me recordarás aunque
no quieras
y te estremecerás por
un momento
tu fragil juramento: nunca más
volará desde tu boca a
la mía
y en tu crisol se
volverá verdad
porque tu beso de ansia
y saliva
ese es tu corazón que
sin hablar
me confiesa su amor
mientras suspira
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